Cuando se trata de celebrar la Pascua, nadie lo hace como los italianos. En todo el país, desde los Alpes nevados hasta las soleadas costas de Sicilia,la Pascua es una época de profundo significado religioso, sentidas tradiciones y comida increíble.

Un viaje espiritual
Para muchos italianos, la Pascua no comienza el Domingo de Resurrección, sino 40 días antes, con la Cuaresma, un periodo de ayuno, reflexión y preparación. La semana previa a la Pascua, conocida como Settimana Santa (Semana Santa), está llena de procesiones religiosas, representaciones de la Pasión de Cristo y misas especiales.
Ciudades como Roma, Florencia y Tarento son conocidas por sus dramáticos rituales, a menudo centenarios. En Sicilia, figuras encapuchadas marchan por estrechas calles a la luz de las velas. En Roma, el Papa dirige el Vía Crucis en el Coliseo el Viernes Santo, un acontecimiento poderoso y conmovedor seguido por millones de personas en todo el mundo.
Las campanas callan y luego suenan de alegría
El Viernes Santo, las campanas de las iglesias enmudecen en toda Italia. Es una pausa sombría, un gesto simbólico de luto. Pero el Domingo de Resurrección, esas mismas campanas estallan en alegre celebración, repicando por pueblos y ciudades para anunciar la Resurrección.
Es un momento que une a las personas, ya estén reunidas en una gran catedral o alrededor de una modesta mesa familiar.
La Mesa de Pascua: Una fiesta de sabores
La comida es una parte central de la Pascua italiana, y cada región tiene sus propias especialidades. Pero algunos alimentos básicos son casi universales:
- Colomba di Pasqua: pan dulce con forma de paloma, de textura similar al panettone, cubierto de almendras y azúcar.
- Cordero: a menudo asado y condimentado simplemente con hierbas y ajo, el cordero simboliza la pureza y el sacrificio.
- Torta Pasqualina: una sabrosa tarta de Liguria, rellena de requesón, espinacas (o alcachofas) y huevos enteros horneados en su interior.
- Huevos de chocolate: no son los típicos huevos de Pascua. Los huevos de chocolate italianos son grandes, a menudo artesanales, y siempre esconden una sorpresa en su interior, especialmente apreciados por los niños (y también por los adultos).
Y no olvidemos el vino. La comida de Pascua es un asunto largo y persistente, que a menudo dura horas y está lleno de risas, historias y segundas (o terceras) raciones.
Familia y unión
Por encima de todo, la Pascua en Italia tiene que ver con la unión. Las familias se reúnen, a veces recorriendo largas distancias, para compartir no sólo una comida, sino un sentimiento de conexión, de raíces, de pertenencia. Para los italianos, la famiglia está en el corazón de cada celebración.
Pasquetta: El día después
El lunes siguiente a Pascua, conocido como Pasquetta, es para disfrutar al aire libre. Los parques, el campo y las playas se llenan de picnics, juegos y barbacoas. Tras la solemnidad de la Semana Santa y la riqueza del Domingo de Resurrección, la Pasquetta es una forma alegre y relajada de terminar las vacaciones.
Desde solemnes procesiones hasta huevos rellenos de chocolate, las tradiciones pascuales italianas son una rica mezcla de lo sagrado y lo festivo. Es una época en la que los rituales antiguos se encuentran con la alegría moderna, y cada región, cada familia, añade su propio sabor a la mezcla.
Si alguna vez te encuentras en Italia en primavera, no pierdas la oportunidad de vivir la Pasqua en primera persona. Sólo asegúrate de venir con hambre, y tal vez de llevar pantalones elásticos.